Enrique Sayagués Laso o el humanismo de un docente jurista

Resumo

Cuando nos abocábamos a escribir para el justiciero homenaje a Enrique Sayagués Laso, en la ocasión hubo de realtar, adquiriendo carácter determinante, su ser docente. Ciertamente fue, es y será tal, como dijo PRAT, “…, por sobre todas las cosas, y sin empalidecer los méritos en sus
otras actividades, Sayagués Laso fue un docente vocacional nato”.1
Desde tal fuente hemos creído posible conocer a SAYAGUÉS-LASO, cuando jóvenes aún nos introducíamos en el rol de alumno, procurando aprehender su saber vertido con la certeza, precisión y rectitud de quien asumía ya entonces la plenitud de su ser auténtico maestro.
Pudo entonces alcanzar, y efectivamente lo hizo en unidad de vida, cuando reveló -trasuntó sin caer en el campo de las doctrinas del derecho libre o de ciertas expresiones de orden político más que jurídico, ya que tampoco resultaba ser lo suyo aquello de que bien previno otro gran maestro uruguayo, el procesalista COUTURE: la “desconexión absoluta de la ley con la sentencia y la posibilidad de que el juez pueda desentenderse de las normas que le señala el legislador”.
Pero también SAYAGUÉS-LASO, enseñando en su labor conformadora, plasmó una ardua y sapiente tarea, cual auténtico orfebre.